PROLIFERAN “CERTIFICACIONES EXPRESS”

En riesgo prestigio de normas ISO en el Perú.​

PROLIFERAN “CERTIFICACIONES EXPRESS”

Incumplimiento de altos estándares fomentan informalidad.

Una investigación realizada por el equipo periodístico de este Directorio de la Calidad Certificada, ha arrojado una lista de más de 5 mil compañías con certificaciones avaladas por empresas acreditadas en el mercado local.

La revolución tecnológica y sus herramientas digitales, que son factores que aceleran el crecimiento económico e industrial en el mundo, está generando, contradictoriamente, un escenario donde la competitividad productiva se puede convertir en un arma de doble filo: puede llevarnos a la excelencia, como lo demuestran muchas empresas certificadas con el sello de calidad ISO. Pero, por otro lado, también ha creado, en el Perú, un escenario de informalidad en no pocas empresas, que al no querer o no tener los medios económicos para someterse a la rigurosidad de las normas técnicas, buscan atajos oscuros para tener una cuota de mercado.

Urge poner freno a la creciente informalidad en el mercado de las certificaciones de calidad.

En el Perú existe una masa mayoritaria de empresas informales, que no pueden seguir el ritmo de los principales actores económicos del país. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más del 70% de peruanos trabajan en la informalidad, es decir, en empresas que no siguen procesos estrictos, pero que igual participan en la economía. Se trata de un factor de presión que lleva a muchos empresarios formales a tomar medidas para hacer frente a un escenario irregular, en el que aparecen otros actores que distorsionan las reglas del mercado.

En los últimos años, el ingreso a nuestro país de innumerables empresas certificadoras de diversos países de la región, de Europa y otras latitudes, ha sumado un factor de riesgo para la calidad certificada, que debe llamar la atención de las entidades no solo del gobierno, sino, también, de los entes privados reconocidos por su rigurosidad en el otorgamiento de las normas ISO.

La competencia por una cuota del mercado de las certificaciones (de calidad, inocuidad, gestión ambiental, de salud y seguridad laboral, anticorrupción, entre otras) ha fomentado una peligrosa informalidad entre ciertas empresas certificadoras, principalmente las de reciente ingreso al país, porque, al parecer, buscan más sus ganancias económicas, que ser exigentes garantes de los altos estándares de calidad que deben seguir las empresas que ostentan una o más normas ISO.

Una investigación realizada por el equipo periodístico de este Directorio de la Calidad Certificada, ha arrojado una lista de más de 5 mil compañías con certificaciones avaladas por empresas acreditadas en el mercado local. Aunque la tasa de certificación no suele variar mucho de año en año debido a la rigurosidad de estos procedimientos, se ha podido identificar una serie de “certificaciones express” otorgadas por cerca de 50 nuevas compañías que vienen operando en el país, y que, supuestamente, responden a criterios internacionales, pero que no siempre son verificados en el mercado local.

Ojo con las licitaciones públicas

En declaraciones a este Directorio, Rodolfo Moscoso, representante de Nex Consulting Perú, afirma que las certificaciones ISO se han extendido de tal manera que, “ahora es un común denominador de la estrategia empresarial”.

Sin embargo, muchas empresas buscan obtener el certificado por “cualquier medio”, recurriendo “a prácticas antiéticas mediante consultores de dudosa reputación que, haciendo uso de atajos y socios lejanos”, les garantizan conseguir la ansiada certificación, en tan solo un mes, lo cual resulta poco fiable y atenta contra los estándares de calidad, reconocidos internacionalmente.

Empresas altamente tecnificadas, como lo muestra la foto, es lo que se necesita en nuestro país para ser competitivas en el mundo global.
Una investigación realizada por el equipo periodístico de este Directorio de la Calidad Certificada, ha arrojado una lista de más de 5 mil compañías con certificaciones avaladas por empresas acreditadas en el mercado local.

Con mensajes como “¿necesitas tus normas ISO de inmediato? ¡Estamos aquí para ayudarte!”, muestran la poca rigurosidad en sus procedimientos, asegurándoles que todas las empresas que atienden reciben su certificación ISO, “sin excepción”, como si en lugar de plantearles un objetivo para alcanzar una meta, les estuvieran “comprando el premio”.

La necesidad de contar con estas certificaciones como requisito para postular a las licitaciones públicas ha sido, en parte, motor para esta clase de irregularidades que se están ofreciendo, además, a precios menores e incluyendo varios procedimientos de distintas certificaciones dentro de un “paquete”, lo cual desvirtúa flagrantemente lo que se estipula y se exige en cada una de las normas a las que debe someterse la empresa aspirante a una o más ISO.

Si el sector empresarial no toma las precauciones necesarias sobre lo que está ocurriendo con este mercado oscuro de las certificaciones de calidad, se puede generar una crisis de confianza generalizada. Los consultores y empresas de consultoría que ofrecen hacer procedimientos en tiempos muy cortos, con costos preestablecidos, con alianzas con casas certificadoras que no tienen oficinas ni representantes en el país, “están haciendo uso de malas prácticas y deberían ser denunciadas”, indica Moscoso.

En la actualidad, las certificadoras de mayor trayectoria, como Bureau Veritas, SGS y Aenor, cuentan con reglamentos que aclaran que se “puede suspender o cancelar una certificación cuando se encuentra un incumplimiento grave o reiterado de los deberes de la certificación, o cuando se busca impedir la ejecución de sus protocolos, como la realización de las vigilancias ordinarias o extraordinarias”.

Estos reglamentos indican que, de no resolverse los hallazgos de no conformidad dentro de los plazos fijados para tal efecto, también se pueden suspender o cancelar las certificaciones. De igual modo, cuando se descubre una “manipulación o irregularidad en los documentos y registros que sirven como base para demostrar la conformidad con los requisitos del sistema de certificación y de producto”. No es posible realizar estos procesos sin una independencia entre la certificadora y la entidad de acreditación, por ello el rol del Estado peruano es crucial para evitar incumplimientos a partir de tratos bajo la mesa.

La normalización en Perú

Las agencias consultoras que han ingresado al mercado incumpliendo los estándares de calidad que implica una certificación ISO, así como pertenecer a organizaciones de talla internacional como la IAF (International Accreditation Forum), de la que toman su nombre para publicitarse. También están respaldando sus servicios con el propio Instituto Nacional de Calidad (INACAL), sin que se estén tomando medidas para advertir de estas irregularidades.

INACAL cuenta con una Dirección de Normalización que, a su vez, opera a través de sus Comités Técnicos de Normalización (CTN). Los ejes por los que se rigen estos comités son: el desarrollo de Normas Técnicas Peruanas, la estandarización de los procesos productivos para incrementar la calidad y seguridad de los productos y servicios, y contribuir a la competitividad. INACAL convoca a diversos expertos y al sector académico a participar en estos comités para adecuar sus normas a la realidad del mercado.

Estos Comités de Normalización trabajan con los Comités Espejos de la Organización Internacional de Normalización (ISO), para la elaboración y el desarrollo de los diferentes proyectos de normas. Igualmente, INACAL cuenta con un Comité Permanente de Normalización (CPN), cuyo rol es la aprobación de la conformación de equipos de trabajo y emisión de normas. Uno de los últimos comités conformados fue el de Ciudades y Comunidades Sostenibles (CTN). Estos espacios participativos deben ser el punto de partida para ponerle freno a las malas prácticas que se vienen realizando en el país y que afectan el concepto de calidad en el sector empresarial.

Reclamos y denuncias

En los últimos años, la cultura de la calidad se ha hecho más notoria entre el público consumidor peruano a partir de conceptos y herramientas como los sellos de seguridad y el libro de reclamaciones. La detección de productos que incumplen procedimientos tiene entidades encargadas del control (SENASA en el caso de productos agrícolas, por ejemplo). Sin embargo, no se logra una efectiva suspensión o cancelación de las certificaciones obtenidas de manera irregular, puesto que las empresas que han tenido el incumplimiento, se siguen promocionando con las normas ISO.

El crecimiento en la cantidad de empresas con certificados ISO 37001 (de gestión antisoborno) y la crisis política de los últimos años, deben alertar sobre la necesidad de un mayor control sobre los reclamos y denuncias que se presentan por aspectos de la calidad. Actualmente, las certificadoras deben cumplir con una serie de requisitos para poder acreditar una determinada norma, como la ISO 37001. Al recibir este aval para realizar las auditorías y otorgar la certificación correspondiente, también pueden contar con el sello de INACAL como respaldo.

Julio Ubarnes, gerente de Certificaciones de SGS Perú, indica que la labor que realizan estas empresas se da con integridad y transparencia, en busca de establecer relaciones de confianza. Comentó que la norma ISO 37001 permite a las empresas obtener mayor puntuación en las licitaciones con el Estado (hasta 2 puntos por Integridad según las bases estándar de contratación pública) y que también es empleado para evaluar a los proveedores en rubros como minería y construcción. Indicó que esta norma debe verse como una oportunidad para que las organizaciones ejerzan un liderazgo en la construcción de una sociedad más íntegra.

Por su parte, Iván Martínez López, presidente de World Compliance Association, explica que no hay norma que proteja a una organización que “tiene la voluntad manifiesta y consciente de delinquir”, por lo que, en cualquier caso, las empresas y organizaciones deben demostrar y aportar evidencias de que, “con carácter previo a la comisión del delito, disponía de un modelo de prevención adecuado y proporcional a su actividad y características”. Los sistemas de compliance son, a su juicio, las más adecuadas por adaptarse a distintas características, cumpliendo los requisitos internacionalmente aceptados.

“Las normas ISO no pretenden ser ningún tipo de invento”, explica Martínez, “pretenden recoger las mejoras prácticas internacionales, son normas de consenso”, añade. De acuerdo con el directivo, existen muchas organizaciones imputadas o en investigación que, aún así, pueden ser certificadas, porque se certifica el sistema de gestión. Las certificaciones muestran una cultura de la prevención y deben ser la respuesta ante estas situaciones que vienen afectando, inclusive, a las mismas compañías certificadoras.

La construcción de escuelas en diversas regiones del país, son adjudicadas principalmente a empresas que han obtenido “certificación express”.
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